Existe una tendencia de hablar más sobre inteligencia artificial que sobre inteligencia emocional y lo acabo de corroborar con una búsqueda simple en Google. Al escribir inteligencia emocional se identifican 53 millones de resultados, mientras que inteligencia artificial produce 221 millones.
No cabe duda de que la inteligencia artificial (IA) está acaparando nuestra atención en el mundo, sin embargo, no es momento de abandonar el tema de la inteligencia emocional (IE).
El entorno socio-económico actual sigue describiéndose con el acrónimo VUCA, que se compone de las siguientes palabras en español: volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad. Estas cuatro palabras despiertan emociones de ansiedad, angustia y miedo en la mayoría de las personas. Estamos viviendo momentos de luchas raciales y de derechos humanos que fragmentan y dividen, y de esta manera, dificultan las relaciones interpersonales efectivas. La IE nos capacita para atender estas emociones de manera que podamos tener bienestar físico y mental y desarrollar relaciones productivas con otras personas. La misma amenaza que algunos perciben a sus empleos por la entrada de la IA al entorno laboral, hace aún más necesaria la IE.
Si bien es cierto que el entorno laboral se puede beneficiar del uso correcto de la IA para promover innovación y agilidad, no es menos cierto que los individuos en la organización necesitan dominar sus emociones y demostrar IE para ser exitosos en el trabajo. La IE comienza con la auto-conciencia emocional, es decir, el conocimiento que tenemos sobre nuestras emociones y el impacto de las mismas en los demás, en nuestros resultados, y en nosotros mismos. A partir de este conocimiento, la IE nos lleva a auto-regular nuestras emociones para ser capaces de re-enmarcar las situaciones y tomar decisiones racionales aún en momentos de alta tensión emocional. Luego, la IE nos permite la conciencia social, donde a través de la empatía logramos conectar con las emociones de otros para finalmente desarrollar relaciones interpersonales efectivas.
He escuchado a algunas personas, incluso autores, hablar de humanizar el lugar de trabajo y demostrar más empatía, lo cual en definitiva se logra a través de la IE. Entonces, cuando traigamos el tema de la inteligencia artificial, no nos olvidemos de la emocional. La inteligencia emocional no es una moda o un tema de interés del pasado. La IE es la base para un funcionamiento apropiado en un colectivo, sea laboral o social. Es una capacidad que el ser humano puede desarrollar y mejorar si se lo propone.
Recientemente tuve la oportunidad de diseñar un programa de certificación de IE para uno de los clientes de Evvolution. El programa está diseñado para ayudar a los miembros de la organización a comprender y regular las emociones, comunicarse de manera efectiva, construir relaciones sólidas y fomentar un ambiente de trabajo positivo y productivo. Con este programa hemos reforzado la cultura de la empresa, el trabajo en equipo y las relaciones entre diversas culturas. Nuestro programa de certificación está respaldado por las investigaciones más recientes en IE. Le invitamos a conocer más sobre nuestros ofrecimientos a través de nuestra página web y redes sociales (@evvolutionpr).
Evvolution se especializa en el desarrollo de liderazgo por ser éste un mecanismo importante de retención y de engagement (entusiasmo y compromiso laboral). Ofrecemos programas de coaching individual, adiestramientos y consultoría organizacional. A través de los años hemos logrado transformaciones positivas en diversos ambientes de trabajo.
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About the author: Wilda M. Torres, PhD in Industrial Organizational Psychology; President and Founder of Evvolution Consulting; Senior Consultant Organizational & Leadership Development.
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